100 años de los aranceles Smoot-Hawley - por Felipe Caorsi

El 17 de junio de 1930 en los EE.UU. se promulgó la "ley de tarifas", también conocida como Smoot-Hawley, debido a que fue impulsada por el senador Reed Smoot y el diputado Willis Hawley, ambos republicanos.

La suba de los aranceles fijados y su extensión alcanzó a cerca de 20.000 productos importados. De hecho, las tasas de aranceles en la ley Hawley-Smoot fueron los segundos más elevados de la historia estadounidense, después de los fijados en la Ley de Aranceles de 1828, 100 años antes. La idea de esta ley de suba de aranceles era proteger basicamente a los aricultores estadounidenses. Algo así como la política de sustitución de importaciones que se aplicaría en América Latina, y traería las mismas consecuencias como veremos más adelante.

Para 1930 EE. UU. ya era el principal mercado de importación y exportación del planeta. Esta suba de aranceles provocó un fuerte impacto en el comercio internacional de la época.  Entre otras cosas,  se responsabiliza a esta ley por agudizar la Gran Depresión de 1929, que afectó a múltiples países, que se prolongó por una década, ocasionó una fuerte caída del PIB y dejó a miles sin trabajo. Esta ley promovió el nacionalismo en los EE.UU. y el resto del mundo.

Algunos analistas culpan a esta ley en auydar al inicio de la Segunda Guerra Mundial porque avaló de alguna forma la postura nacionaista de Adolf Hitler en Alemania.

Europa se recuperaba de la primera Guerra Mundial y su industria agroexportadora era muy competitiva a nivel mundial. Precios bajos dados por el aumento de la oferta y la alta competencia entre los países del continente. Esto hizo que granjeros estadounidenses vieran que era más barato para un habitante de su país consumir alimentos europeos que alimentos producidos en su país. Estos granjeros no tuvieron una mejor idea que presionar al gobierno de Herbert Hoover para que impulsara medidas de protección para agricultores locales.

La medida consistió en el aumento de aranceles que afectó a una gran variedad de importaciones, principalmente huevos, barriles de petróleo y azúcar. Se calcula - porque los aumentos dependian del o volumen o del peso de las importaciones- que los incrementos oscilaron entre el 15% y el 40%.

Las consecuencias fueron terribles. El comercio internacional de los EE.UU. cayó un 40%. Canadá y Europa tomaron medidas recíprocas y aumentaron los aranceles para productos estadounidenses. ¿Les suena? Hubo caida de bancos y la economía mundial cayó en recesión. Es que el proteccionismo cuando se ha aplicado sólo ha traido constracción.

A partir de los años 50 Uruguay se sumó al resto de los países de América Latina en utilizar el ISI -Industrialización por Sustitución de Importaciones-, un plan impulsado por la Cepal que buscaba que los países se cerraran a la importación y dar incentivos para la creación de industrias nacionales que produjeran lo que antes se importaba. El modelo ISI finalmente cae en 1972. Dejando un país que había crecido entre 1955 y 1972 sólo un 11,1%, lo mismo que  Haití. Misma política, mismos resultados. 

En 2025 Donald Trump, quien asume por segunda vez la presidencia de los EE.UU. asombra al mundo con políticas proteccionistas similares a las que aplicara Hoover un siglo antes y John Quincy Adams en 1828 dos siglos atrás con la Ley de los Aranceles de 1828.

Esta ofensiva arancelaria del presidente Trump frente a sus principales socios comerciales ha inaugurado una nueva era de guerra comercial internacional de resultado incierto, pero no muy prometedor de continuar. 

Los aranceles generales del 25% a México y Canadá que el presidente estadounidense impuso están en pausa, lo que hace pensar que quizás fue un anuncio fuerte del presidente norteamericano para luego negociar pero que no se van a cumplir.

China, Canada y México han respondido con políticas espejo, aplicando aranceles similares a los productos que importan de los EE.UU. Lo que encarecerá esos productos en sus principales mercados, caida del comercio internacional o quizás la instalación de empresas de estos países para producir en Estados Unidos, un mercado de 340 millones de personas. Esto último es muy poco provable.

Parece haber un patrón en la política arancelaria de los EE.UU. que se da cada 100 años. Por los resultados vividos antes, esperemos que esta política proteccionista no siga y mucho menos no escale a nivel global.

Felipe Caorsi

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