Elecciones en Venezuela: ¿pierde el chavismo?- por Ángel Arellano



Un nuevo evento electoral está convocado en Venezuela. Luego de la estrecha y muy criticada victoria de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles en abril de 2013, y la derrota de la oposición en las elecciones regionales y municipales celebradas a finales del mismo año, los sectores políticos enfrentados se presentan a una contienda en la que, de acuerdo con todas las encuestadoras nacionales que han estudiado el panorama político reciente, el grupo adverso al oficialismo puede salir airoso y con amplia ventaja.

La crisis económica, los presos políticos, los bajos precios del petróleo y escándalos como el de los sobrinos de la primera dama Cilia Flores capturados por Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico, son situaciones en el tapete de cara al 6 de diciembre, el día en que se escogerán los 167 diputados de la Asamblea Nacional. Un 82% de los venezolanos rechaza la gestión de Nicolás Maduro según Jesús Seguías, presidente de la consultora Datincorp, mientras que la encuestadora Hinterlaces, afirma que 86% de los venezolanos aseguran definitivamente que ejercerán su derecho al voto. Otros estudios como los de Danálisis sostienen que la participación electoral estará entre el 65 y 70% de los 19 millones de ciudadanos habilitados para votar.

La campaña electoral está signada por el ventajismo de un oficialismo que una vez más ha echado mano de los recursos públicos y de la nómina estatal para hacer proselitismo político y motivar a sus bases. Sin embargo, la oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se presenta en la delantera con una intención de voto que ronda el 57 y 65%, cuando en contraste, los candidatos del Gran Polo Patriótico chavista (GPP) cuentan con un 40% de apoyo en sus números más optimistas.

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha solicitado el acompañamiento del proceso electoral, no obstante, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la administración Maduro han condenado las críticas que la organización realizó sobre los continuos abusos del gobierno durante la precampaña. El ambiente se mantiene impregnado por las reacciones hostiles del oficialismo a la reciente carta, extensa y crítica, que envió el secretario general de la OEA, Luís Almagro, a la presidenta del CNE, Tibisay Lucena. De todas las instituciones internacionales que han solicitado credenciales para participar como observadores del proceso, apenas la siempre aliada a Chávez Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), figura en el acompañamiento por invitación del órgano electoral. Sin embargo, Brasil, socio político y económico clave de la Revolución Bolivariana, no integrará la misión por considerar que no existen las condiciones para una observación adecuada.

¿Pierde el chavismo?

El gobierno de Maduro enfrenta un proceso electoral con los niveles de popularidad más bajos registrados en los 16 años de la Revolución Bolivariana. Los números más positivos, pertenecientes a encuestadoras cercanas a su administración como la empresa Hinterlaces, registraban en agosto un 39% de aceptación para el Presidente, mientras, el grueso de las empresas que realizan estudios de opinión en el país (Datanálisis, Hercon, Datincorp, Consultores 21 e IVAD), sostiene que esta cifra ronda actualmente entre el 16 y el 25%.

La inflación más alta del mundo, con un 180% en lo que va de año según estimaciones conservadoras, lo cual ha ocasionado una dramática pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos; aunado a una grave escasez en alimentos y productos de primera necesidad dando paso al racionamiento y largas colas; al igual que las tasas de inseguridad colosales como los más de 25 mil homicidios del año 2014 (de acuerdo con estadísticas oficiales del Ministerio de Interior, Justicia y Paz) son algunos de los indiciadores presentes en la víspera del 6 de diciembre.

Después de la controversia con Guyana por la reclamación del territorio Esequibo y la tensión con Colombia que trajo consigo el cierre indefinido de la frontera y la expulsión de más de 5000 colombianos en territorio limítrofe, representando en lo económico pérdidas millonarias para el empresariado de ambas naciones, el gobierno de Venezuela pareciera no dar con una maniobra que le permita mejorar su intención de voto. Las condiciones son sumamente adversas, por lo que el oficialismo ha optado por salir a la calle con la estrategia de reforzar la identidad chavista. Hugo Chávez es el protagonista de la propaganda electoral del GPP, no se exhiben a sus candidatos ni a Nicolás Maduro. Empero, los números demuestran que esta táctica, por pertinente que sea, no está arrojando resultados suficientes para cerrar la brecha entre gobierno y oposición.

Por otro lado, la MUD ha dedicado sus esfuerzos a potenciar un mensaje de optimismo y cambio. Su mejor insumo de campaña son los sondeos, puesto que en todos aparece con estimable ventaja, lo que indica que, de seguir así las cosas, terminará siendo la ganadora en esta contienda. A pesar de esto, no se debe perder de vista lo que el gobierno pudiera estar haciendo para acortar distancia, toda vez que, tal como lo sostuvo la carta del secretario Almagro, el CNE actúa como un Ministerio Electoral a merced del Ejecutivo, y los abusos están a la vista de todos.

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