El 23 de diciembre de 2001 la Argentina entró
en default por un valor de 144.000 millones de dólares. Esta cesación de pagos
ha sido el más largo de la historia financiera moderna, los títulos de deuda
pública emitidos por el estado argentino aún siguen sin ser cobrados en su
mayoría.
Dos años después, el gobierno de NéstorKirchner logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos
financieros multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco
Interamericano de Desarrollo) en lo que se llamó el canje de la deuda argentina. A fines de 2004, la deuda externa
total alcanzaba los 178.000 millones de dólares. Sin embargo, quedaban aún en
default 81.800 millones de dólares en títulos en manos de acreedores privados
(o Holdouts).
Recordemos que la Argentina
que emitió bonos regidos por ley americana.
La Cámara de Apelaciones de Nueva York confirmó,
la semana pasada, el fallo que obliga a
la Argentina a pagar el 100% de lo reclamado por el grupo de los acreedores privados,
dejando a la Corte Suprema de EE.UU. la decisión final sobre la ejecución de la
sentencia.
Así, se desestimó la propuesta argentina de
pagar a los demandantes con una quita similar a la aplicada en los canjes del
2003.
Si el gobierno argentino decidiera no cumplir
este fallo se pondría en riesgo el pago de la deuda del canje, que motivaría un default técnico para la
Argentina. Es decir aunque la Argentina buscara pagar sin respetar las
condiciones originales estaría incumpliendo la ley.
El monto involucrado, en este fallo, es de US$
1300 millones. Pero detrás de él pueden venir unos U$S 20 mil millones que
tampoco participaron de los canjes.
El fallo personalmente no me sorprende, la
Argentina pedía mucho y a la vez declaraba que no acataría un eventual fallo de
pago total de la deuda exigida por los bonistas. Una actitud que no hace más
que hundir la poca credibilidad que tiene este país en los organismos
internacionales de justicia y de crédito.
Cuatro días después de
este golpe a la credibilidad del gobierno argentino en el mundo, la Intendencia
Municipal de Montevideo le entrega a la presidenta de la Argentina las llaves
de la ciudad. Como
aquello de entregar a Venezuela la Presidencia pro témpore del Mercosur en
momentos que se cuestionaba la legitimidad del gobierno de ese país.
La crisis argentina del 2001 dejó a nuestro
país al borde del default y del caos político. Creemos que el equipo económico
y el de RREE no está a la altura de los tiempos que corren. Al ritmo de “la campora” en Montevideo
intercambiaban papeles de colores mientras el precio de la soja sigue cayendo
en el mundo.
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