Históricamente Brasil utilizó el crecimiento
como única arma contra la desigualdad, sin aplicar políticas serias de redistribución.
Se podría decir que recién con Fernando Henrique Cardoso y su gobierno socialdemócrata
(1995-2002) el gobierno se planteó el tema de la redistribución de la riqueza.
El mandato de Cardoso y el Foro de Sao Paulo permitieron
que un obrero metalúrgico reciclado en socialista del siglo XXI llegara al
poder y con él aumentara el asistencialismo. Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Entre 2001 y 2006 hubo una baja sostenida en la
desigualdad. El ingreso per cápita del 10 % más pobre sube un 11 % promedio por
año (el promedio nacional es de 2,6 %), según un estudio de Ricardo Paes de
Barro, del IPEA. En reducción de la pobreza, Brasil
bajo en casi 10 millones la cantidad de pobres en los últimos cuatro años ¿Cuánto de esto es asistencialismo a cambio
de votos?
Veamos, el 57 % de los brasileños viven en una
familia que recibe algún tipo de ayuda del gobierno. Un 23 % de los brasileños viven
en un hogar al que llega la Bolsa Familia, el plan social más grande del mundo. Bolsa en portugués significa Beca,
esta “beca” tiene un costo del 0,4%
del PBI.
¿Tener 2 millones menos
de pobres es tener 2 millones mas de ciudadanos?
Cerca del 30 % de la población sufre
necesidades en Brasil. El analfabetismo, según cifras oficiales ha bajado al
9%, recordemos que en Brasil con saber
firmar una persona ya no es analfabeta y por lo tanto puede votar.
Los jóvenes que hoy toman las calles de las ciudades pidiendo mejores servicios y menos corrupción fueron educados estos últimos 20 años. Son hijos de profesionales en su mayoría.
Mientras en un barrio privado de Curitiba dos “empregadas” conversan mientras pasean
los perros de sus “patroas”:
“¿Cómo se dice poblema
o pobrema?”
-“Cuando
es de matemática es problema y cuando es de la vida es pobrema”
Gracias Felipe!!!
ResponderEliminarMuy buena columna como nos tiene acostumbrado Felipe Caorsi
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