Doña Irma empezó a vender tortas y alfajores, no se animaba a llegar a la calle Uruguay. Es que en el centro la cosa cambia y capaz le decían algo por no tener la empresa armada. En el barrio era distinto, todos sabían que la plata era para Nicolás que estaba estudiando economía en Montevideo.
En Melo llegó la hora de apagar las luces, el
guarda pasaba a revisar que todos tuvieran los pasajes. La angustia es un
ascensor oscuro que sube desde el estómago hasta el pecho. Partía el ómnibus
hacia Montevideo, se había acabado el fin de semana largo.
En la pensión, Marquitos hacía sus primeras
armas y los primeros pesos. Los vecinos le pedían que les tomara la presión. “¿En tu pueblo hay semáforos?” le decían
para embromarlo.
Las encomiendas, y las comidas gratis en lo de alguna tía vieja de Montevideo.
Iban a facultad caminando, con la plata de los
boletos se compran las fotocopias. Los primeros amigos siempre eran del
interior, “ustedes para nosotros son como los porteños para ustedes” escuche en
un baile. Claro, iba con la barra de Melo pero yo nací en Montevideo.
El plan era volver a trabajar al pago una vez
recibidos. Algunos quedaban por el camino, tenían que trabajar para pagarse los
gastos. Materia prima para call centers y supermercados. Ahí se va desdibujando
la carrera para formar parte de un grupo de eslabones prescindibles cada tres
meses. La primera semana era soñada “voy a poder estudiar de noche, ir a clases
y con lo que ahorre traer a mamá a Montevideo”, después con la letra chica
se aprende que no se llega a fin de mes y que la carrera ya no es para uno.
Marquitos llegó al Internado y después se
recibió. Hoy trabaja en Melo, Ismael
Cortinas y Río Branco.
Nicolás es el contador de una citrícola de Salto, donde
había trabajado su padre toda la vida para pagarle la educación. Ahora él se
sentaba con el patrón y no usaba overol como sus hermanos.
Los kilómetros de ruta hacían que las horas de
caminar a la terminal, a la facultad y a lo de los compañeros parecieran
minutos. Sumando éstos, ¿Cuántos años se habrán perdido?
El desarraigo y la presión no son buenas
compañeras de estudio. En un país que tiene 3 médicos cada 1.000 habitantes el
80 % nacen en Montevideo. Se dice que el
desempleo para Ingenieros Agrónomos es nulo, parece claro el por qué.
¿Cabe aclarar que no estamos hablando de
Finlandia?, después de todo solo tenemos 8.689 kms de rutas en Uruguay.
Para todos los que quedaron por el camino.
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