En este verano me involucré mucho en
investigar periodística y profesionalmente la estafa de Conexión Ganadera. Lo
sentí como un deber moral, porque fui contactado por personas damnificadas que
están sufriendo mucho; y como un deber ciudadano, sentí que hay que arrojar luz
sobre lo que hoy es para mí, la estafa más grande del siglo en nuestro país.
Rápidamente me quedó claro de que detrás
del evidente esquema Ponzi, que funcionó desde el día uno, había una trama de
lavado de activos. En la mayoría de los casos los “clientes” del lavado provienen
de Paraguay y Argentina, pero aparecen al menos dos figuras locales
representando a estos y cobrando comisiones.
Todo esto ya lo escribí, lo señalé o
lo insinué, sobre todo en mis columnas de La Mañana y en reportajes. La certeza
que me faltaba de estar dando en el clavo vino a través de los ataques que
recibí, tanto profesionales como personales, en este verano. Ninguno de ellos
me distrajo de mis objetivos, que son dos: ayudar a los damnificados de esta
estafa, y mostrar a la opinión pública quiénes y cómo procedieron en esta
estafa.
Terminando el verano hay que seguir
mirando al futuro. He colaborado con los abogados Cuello, Durán y quedan
reuniones pendientes con otros abogados. De manera de que muchas de las
investigaciones que he hecho se traduzcan en la justicia y ayuden a seguir
encontrando bienes y protagonistas de esta estafa. Esta es una forma de resarcir
a los damnificados. Tengo muy buena relación y brindo mis averiguaciones al
síndico nombrado por la Justicia, Dr. Alfredo Ciavattone, con ese objetivo.
Estamos ante algo muy grande. Para el
caso Basso, por ejemplo, he aportado datos de maniobras que iban mucho más allá
de Conexión Ganadera. Ellos sirvieron para que familiares de Gustavo Basso ya
estén bajo el radar de la justicia, y seguramente se vayan conociendo más datos
de bienes y formas de operar enriquecimientos que estaban muy lejos de sumar
terneros o vaquillonas en campos de amigos o parientes, y que involucraban a
capitales de la región como Colombia, Argentina y Paraguay.
Para el caso Carrasco, es claro que
hay caminos para transitar en un sentido similar: vínculos familiares y con
instituciones sociales de prestigio – que involucran también a jerarcas de
Conexión Ganadera que ya están en la justicia -; enriquecimientos enormes que
usaban a Conexión Ganadera de pantalla para ingresar dineros al circuito legal
bancario; apoyos en bancos internacionales de la región, Estados Unidos y
Europa; y un montaje discreto pero muy eficiente cuyos protagonistas verdaderos,
escondidos en la sombras, dejan en verdad como personajes de segunda y tercera línea
al matrimonio estafador.
Está claro que esto recién empieza.
Seguramente en los próximos meses el constante foco de atención de la prensa
nacional no estará en esta estafa. Sin embargo, importa tener claro que, con la
ayuda a la justicia y los aportes periodísticos, se abrirán frentes mucho más
complejos para los actores que siguen en las sombras y que se beneficiaron en
todos estos años de una empresa que decía ser grande y engordar ganado, pero
que en realidad era mucho más grande que lo que la gente se imaginaba y servía
para fines financieros regionales mucho más importantes que la sola ganadería.
Y es que es evidente que todo esto
tiene que escalar al verdadero nivel de exposición que tiene y que no es solamente
el de la justicia uruguaya: quien realmente cuenta con experiencia,
capacidad de acción y posibilidad transnacional de extender el brazo de su ley,
es Estados Unidos y su fuerte voluntad de atacar el lavado de dólares
vinculados a actividades ilícitas. Así, pronto se iniciará el otoño en
Uruguay, pero será primavera en Andorra, Washington, New York, Delaware, Florida y Texas.
Sigo intercambiando datos con discreción, como debe ser en estos casos en donde
el profesionalismo es riguroso; pero estoy listo también para ir a fondo si es
necesario en mostrar los verdaderos nombres y vínculos internacionales de esta
trama.
Hay mucho trabajo por delante. Tengo
un deber con mucha gente damnificada que confía en mí y que de alguna forma me puso a la cabeza de un formidable equipo.
No les vamos a fallar.
Felipe Caorsi
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