Porque
el conocimiento está en constante evolución y quizás todos
nosotros alguna vez hemos reflexionado sobre las mismas cosas, pero
no lo exteriorizamos tan seguido, es que nace esta columna.
Vivimos en una
sociedad donde hay dos instituciones fuertemente establecidas a lo largo del tiempo y las cuales han formado todo lo que
corresponde a nuestra cultura, y los valores que se priorizan y se
presumen compartidos por todos.
Si tomamos por ejemplo un siglo, podemos ver como esas dos grandes instituciones, la familia
y la escuela han sufrido cambios y una pérdida de poder y
legitimidad extrema, en este caso nos referiremos principalmente al
ámbito educativo donde el sistema escolar además de formar al
individuo en los principios de relacionamiento con sus pares y su
entorno, reafirmando las normas de conducta era considerado el único
método para acceder a los objetivos de bienestar y desarrollo que èl
se proponía, donde se confiaba en sus métodos didácticos y se le
creía la única y legitima forma de educarse y ser un ser social. En
el presente la gran decepción de nuestra sociedad se basa en la
caída de este paradigma, esa verdad universal que motivaba a las
familias a creer en la educación y a los jóvenes a ir por su
voluntad, por el afán de crecer educativamente, hoy no lo está y en
un mundo global e informático los cuestionamientos son cada vez
mayores...En nuestro país son más los jóvenes que se alejan de
este sistema, que los que logra “producir “ es decir que salen
del sistema educativo con un titulo, una carrera, un trabajo. El
costo que este sistema tiene para nuestros bolsillos es enorme,
generando personas con una educación insuficiente para aportar al
desarrollo del país.
También
tenemos que los
costos emocionales de frustración, que generan en quienes quedan por
el camino, luego
transmiten
un
mensaje pesimista sobre la educación formal y posicionándose en
actividades de trabajo físico y manual que lo dejan más vulnerables
frente a inestabilidades económicas. Estos
sujetos se vuelven rencorosos
con la sociedad
al ver que otros si lograron avanzar en esa estructura, muchas
veces no por talento sino por oportunidades.
La
educación insume una premisa básica para funcionar y es la
motivación por aprender, si queremos que el joven se interese
debemos darle algo que lo seduzca. Por ejemplo ¿porque
los juegos electrónicos son tan atractivos y el libro o la fotocopia
no lo son?
La presentación del juego es mucho más llamativa, e inhibe el
fracaso, siempre podemos volver a empezar, nunca dejamos de crear y
darle a nuestra actividad nuestro potencial nuestro perfil; debemos
salir del modelo de escuela biblioteca al modelo de escuela
laboratorio, donde nos basemos mas en cosas prácticas y se aprenda
en la realidad. Esta mentalidad dista en gran manera de la forma de
aprender basada en la memoria y el tipo de conocimientos que el
sistema educativo nos demanda. El video juego además parte de la
premisa de que el conocimiento está en constante evolución por lo
que va cambiando y desarrollándose como lo hace la vida misma, que
vertiginosamente avanza sobre lo ya creado, lo sentimos parte de
nuestro mundo. Además de todo esto, el acceso a la información
gracias al internet es mucho más rápido, inmediato y universal,
sobre un tema podemos acceder a X cantidad de autores como queramos y
eso nos da más oportunidades de desarrollarnos, el acceso a la
información no es solo en el aula, y ese es un problema, ya podemos
contrastar las versiones que son emitidas por los educadores y los
planes de estudios, con información seleccionada y quizás mas
actualizada que los libros y textos que se manejen en las
instituciones, la
educación debería ir por el sendero de brindar los caminos para
acceder a esa información,
la forma de depurarla y procesarla , desarrollar criterios propios,
de selección, pero dejando al individuo motivado por su afán de
investigar, y crear, “crecer jugando” desarrollar sus propias
tesis y posiciones sobre los temas que le involucre en ese proyecto.
Es
falsa la posición de que la computadora aísla al individuo y lo
distrae, ya que a la hora de estudiar, al estar frente a una base de
datos tan enorme es como volver a la educación particular del
renacimiento, con los profesores pupilos, dejando atrás el
concepto industrial de escuela que tenemos hoy día,
donde nos agrupan por edad, simulando la fecha de ingreso al sistema,
donde para cada uno hay el mismo tiempo dedicado y donde el mensaje
se reparte en forma masiva, eso no está bien, no todos aprendemos al
mismo tiempo las mismas cosas y el intelecto se desarrolla en forma
única, ademas gracias al boom informático el 96% de nuestra
población tiene acceso a internet y a un computador, eso nos brinda
una increíble posibilidad de acceder individualmente a información
interactiva, en forma audiovisual, en forma escrita y hasta a
consultas y foros con educadores nacionales e internacionales, la
herramienta esta, solo falta dar el paso para integrar las nuevas
tecnologías a lo existente, por eso opinamos que nuestra educación
debe evolucionar a lo que se conoce como “Educación Líquida”,
esto asume movilidad y una estructura tal que permita adaptarse
constantemente a los cambios de la sociedad. Pero este sistema
implica un reto importantísimo ya que presupone la abstracción a la
estructura misma y modificar ésta, requiere un compromiso de la
sociedad toda, ahora ¿Como individuos estamos dispuestos a cambiar
las formas con las que nos hemos construido como sociedad durante
décadas? De nuestra generación depende esta revolución…
En la foto: Escuela primaria urbana en el Uruguay de 1939, archivo nacional SODRE
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