En marzo de 1938
un austriaco que ya lideraba los caminos del Tercer Reich invadía su tierra
natal.
En menos de un mes convoca a un plebiscito para legitimar la
“adhesión” perpetuada y el liderazgo de esta nueva provincia.
Muchas
irregularidades se dieron en el proceso, como se imaginaran los judíos no
podían votar y la papeleta no era del todo “imparcial”, el círculo grande
representa el Sí y el círculo más pequeño
representa el no. El voto no fue del todo secreto, ya que la papeleta debía ser
rellenada delante de los oficiales de las SS.
Este tipo de
prácticas serían muy comunes. Los regímenes totalitarios siempre buscarían
mostrarse al mundo como legítimos y fieles representantes del deseo popular.
Como anécdota queda un 99,73% de “adhesión” al Führer y la “unión” de los dos
países.
A tres años de dar
golpe de estado en Chile, Augusto Pinochet llama a plebiscito para legitimar su
nueva constitución. Ésta derogaría la de 1925 y entre otras cosas le daba el
poder al presidente para seguir gobernando ocho años más, le quitaba poder al
congreso y creaba un sistema de elección
de candidato a presidente muy parecido al de Cuba. El resultado, ese 11 de
setiembre de 1980, fue también afirmativo, esta vez fue por un 67% y si
observan las papeletas de los dos plebiscitos comentados son muy parecidas. En
ambos casos se pide respaldo para el líder del gobierno.
El 30 de Noviembre
de 1980 el gobierno cívico-militar presidido por Gregorio Alvarez llama a
plebiscito para aprobar una nueva constitución. Esta nueva constitución traía
de la mano no solo la legitimización del régimen sino que entre otras cosas se creaba un "Tribunal de Control Político"
nombrado por las FFAA que podría
destituir en cualquier momento al Presidente, a los ministros, a los
legisladores, a los jueces, a los miembros de la Corte Electoral, a los
Intendentes, a los miembros de las Juntas Departamentales y también a las
autoridades internas de los partidos autorizados.
El
Dr. Enrique Tarigo describiría esta constitución como “horrorosa” y que solo podría ser aplicada en un país
totalitario como la URSS y Cuba.
Suspendidas
las libertades individuales, el derecho de reunión, con presos políticos, exiliados,
y destituidos se hacía muy difícil hacer campaña en contra de la nueva
constitución. De los partidos tradicionales solo las figuras de Jorge Pacheco Areco y Alberto
Gallinal Heber acompañaban esta nueva reforma. El resto del espectro político,
que aún no estaba habilitado estaba en contra.
En
una caminata días previos al plebiscito, Julio María Sanguinetti y Manuel
Flores Mora confesaban su miedo a que la reforma finalmente saliera y de esta
forma se legitimara la dictadura, su proceso y el nuevo rol de las FFAA en los
gobierno venideros. Maneco le dice a Sanguinetti algo así como “los plebiscitos
como este se aprueban en países donde no hay tradición democrática, ¿vos te
imaginas que se aprobara esto en Suiza o EEUU?, pronto sabremos si alguna vez
fuimos la Suiza de América”
Finalmente
fuimos la Suiza de América, la cultura democrática le dijo que no a la
dictadura y su nueva constitución. El país que no conocía el populismo, que
tenía los partidos políticos más antiguos de Sudamérica alzo su voz y un 57%
dijo NO.
Comentarios
Publicar un comentario